domingo, 1 de junio de 2008

¿Será posible explicarlo?

Joe, comencé escribiendo esto como un comentario en respuesta al tuyo en la entrada sobre el hombre que impone sus creecnias a los demás pero, terminé por escribir algo muy largo y lo convertí en entrada. Intentaré explicarte porqué soy cristiana.

Entiendo lo que dices respecto al uso que muchas personas le han dado a la religión en la historia. Gracias por considerarme una persona como la que describes, pero me gusta mucho el club en el que estoy joe. En serio, yo sé que muchas de las cosas que tú dices tienen lógica, hasta a mi novio le encana leer tus comentarios a mis entradas, pero NADA puede cambiar mi experiencia personal con Cristo. Joe, yo no sé si yo te había comentado esto, pero yo no fui criada en la iglesia, ni fui una persona que desde pequeña le enseñaron de la Biblia ni nada. Yo solo iba arrastrada por mi mamá a la misa del día de las madres y a la de navidad, porque esos eran básicamente los únicos días que ella iba. Y puedo decir que es la persona más cercana a una inglesia bajo el techo de mi casa. Nadie cuando niña me explicó sobre las razones del sacrificio de Cristo, nada. Era obligada a ir al catesismo hasta que hice la primera comunión y después yo decidí que no volvería más porque nada en ese lugar tenía sentido. Me daba coraje que los catequistas consideraran mis preguntas una falta de respeto porque ellos no las podían contestar y le diesen quejas a mi mamá porque yo era una malcriá' y una mala creyente porque cuestionaba todo y consideraba estúpido que no hubiesen sacerdotisas y no le encontraba el sentido a las monjas. Después de todos esos años de catesismo ni siquiera sabía porqué Cristo fue crucificado porque en el catesismo solo te enseñan doctrina, NO biblia, mucho menos historia.

Cuando llegué a la adolesencia no sabía un carajo de Dios, solamente que mi madre decía que existía. Después de buscar llenar un vacío que no sabría describirte con muchas cosas y personas, una noche le dije a Dios que si existía yo le odiaba, que le declaraba la guerra, que no iba a poder conmigo. Esa noche yo estaba arrodillada, derrotada en el patio de atrás de la casa de mi madrina que me dejaba quedarme con ella a cada rato. Estaba sola y con las manos enterradas con rabia en el fangisal aquel, le declaré la guerra a Dios. Lloré mucho esa noche, lloré de rabia, lloré de soledad, lloré de desesperanza y desesperación, lloré hasta que no supe porqué coño estaba llorando ya.

Unos días después intenté suicidarme. Y de la nada, justo cuando me iba a meter otra pastilla más a la boca, Dios se me reveló. Sin cruzar una pablabra me dio una razón muy grande para vivir. No fue una aparición, fue un sentimiento muy grande de seguridad y una melodía en mi corazón que me dijeron que Dios sí existía y que inexplicablemente me amaba. Eso fue lo que sentí esa noche, esa fue Su revelación: Su Amor. Supe que alguien muy grande me amaba a mí, a la insegura, a la que se sentía tan poca cosa, tan poco amada. Lloré de nuevo, pero este llanto era diferente. Salí de mi cuarto arrastrándome, temblando y sangrando por la nariz, mi padre me levantó al hombro y corriendo con mi mamá me llevó al hospital. A ellos nunca, ni siquiera ahora, les acepté haber intentado suicidarme. En el hospital fueron tan negligentes que me creyeron, me pusieron oxígeno, un suero y esperaron a ver si se me quitaban los temblores y las palpitaciones irregulares del corazón sin hacerme un solo análisis de sangre. Creo que mis padres sabían en el fondo lo que había pasado. Yo solo sé que esa noche mi vida cambió por completo.

Por eso amo a Dios, porque me amó y yo ni siquiera sabía eso. Yo pensaba que eso había que ganárselo y yo no me consideraba digna en lo absoluto. Ni siquiera me consideraba recipiente del amor de las personas, imagínate. No puedo evitar servirle, El le dio razón de ser a mis días, brillo a mi mirada y muchas ganas de vivir, de soñar, de luchar por un mundo mejor, más tolerante, más armonioso. Mi experiencia personal me dice que sin importar los conocimientos que tengamos, sin importar lo que hagamos, sin importar cuanto nos afanemos por destruir el mundo que Dios creó para nosotros, por más que nos esforcemos en discrimar con los que no son como nosotros queremos que sean, Dios nos ama a todos y a todas sin importar lo que pase y está loco porque nos enteremos de que somos parte de una misma cosa.

No sé si esta explicación baste. He tenido mis momentos de duda Joe, he pasado por pérdidas horribles estos últimos dos años, cosas de las que aun no puedo ni escribir, procesos en los que me he preguntado ¿Por qué Dios lo permitió? La verdad es que no tengo todas las respuestas, han pasado cosas en mi vida que aun no comprendo, de las que aun hoy pienso y me pregunto cómo hubieses sido todo si yo hubiese sido más madura, si hubiese tomado otras decisiones, si hubiese sabido las cosas que sé, si hubiese dicho "sí", si hubiese dicho "no", y la verdad es que no sé que propósito halla tenido Dios con el asunto al que me refiero, pero coño Joe, después de todo lo que ha hecho por mí, después de todo el amor que me ha dado, después de haber sido tan fiel conmigo, de haber respondido por mí en los momentos de confusión y noches de lágrimas con su tierno abrazo, con su silencio que a veces no entendía, no puedo hacer otra cosa que amarlo. Lo necesito.

Quizás interpretes esto de muchas maneras, pero piensa en el amor que tu sientes por tu esposa. No se trata de conveniencia, ¿verdad? Ni de sentirse obligado a quedarse al lado de alguien por lo que hizo o pueda hacer, ni de hecharle el brazo para que no se sienta mal porque ella te abrazó a ti, sino de que te nace hacerlo en respuesta, no por obligación ni con la intención de saldar deuda alguna sino de amar, porque sí.

Un saludo,

Perla Negra.

3 comentarios:

solo joe dijo...

mmmmm,no voy a opinar... por miedo de ofender. dijiste muchas cosas personales y las voy a respetar.

exito.

Prometeo dijo...

Parte de tu testimonio me recuerda a lo que mi esposa me ha comentado de cuando ella preguntaba a su mamá sobre las cosas de la Iglesia. Por ejemplo cuado le preguntaba porqué había que arrodillarse ante una estatua su mamá le respondía con una bofetada y le decía "porque la Iglsia lo dice". Hoy día mi esposa y yo somos pentecostales pero en lo que respecta amis hijos siempre les digo que mientras estén bajo nuestra tutela asistirán a la iglesia a la que vamos. Cuando crescan podrán escoger la religión que más les guste.

Sobre todo les enseño que NINGUNA religión es la verdadera. En el cielo solo entrarán los que vivieron como Cristo enseñó. En el cielo no habrá religion alguna.

Muy bonito el post y te digo que me sentí movido por tu testimonio. Adelante y Éxito.

Perla Negra dijo...

prometeo:
creo que como a los 16 ya se tiene criterio pra saber donde uno debe estar y donde no. yo aun vivo bajo la tutela de mis padres, pero tengo criterio propio. a veces meto la pata, pero soy responsale de mis propios actos, porque soy yo la que los decido.