martes, 29 de julio de 2008

Las profecías de Oseas: ¿Amenaza o Aviso?

Cautiverio

Hubo dos hechos históricos importantes relacionados a los cautiverios para el pueblo judío, después de la liberación de Egipto:

1) La destrucción de Samaria (capital del reino del norte , Israel) en manos de los asirios en 722 A.C
2) La destrucción de Jerusalén (capital del reino del sur, Judá) en manos de los babilonios en 586 A.C.

Lamentaciones demuestra el dolor que sintió el pueblo con el fin de su mundo y expone la explicación que encontraron los teólogos de la época a las destrucciones: Dios era justo y ellos se habían apartado de él con la idolatría y la opresión contra los pobres. Después de haber sido liberados de Egipto, se estaban comportando como los antiguos capataces se comportaban, solo que en aquel tiempo ellos fueron los oprimidos.

Las profecías de Amós y Oseas se cumplieron dado que la injusticia y la idolatría de Israel no mermaron y fueron cautivos en manos de Asiria justo cuando contaban con un apogeo político y económico. Luego de una serie de eventos que incluyen el haberse llevado cautivos a mucho habitantes del reino de norte y obligar al pueblo a pagar tributo, Salmanasar, emperador de Asiria, sitió Samaria en 722 a.C. A muchos de los cautivos los asimilaron los pueblos a donde los llevaron y muchos de los que quedaron en Israel se mezclaron con los pobladores que fueron traídos del este para poblar el lugar. De ahí surge el grupo llamado samaritanos.

Fuente: Wilton M. Nelson y Juan Rojas Mayo. Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, versión revisada y aumentada. Editorial Caribe. (1998)

El hecho de que Dios buscara revelarle a su pueblo lo que podían ser las consecuencias de sus actos en un futuro, es para mí mucho más que una amenaza o algo parecido, es un consejo: Cambia tu rumbo, porque la dirección que llevas no te será conveniente, solo traerá destrucción. Es como cuando los encargados de la crianza de niños y niñas les dicen: amárrate el cabete del zapato, sino te vaz a caer. Obviamente el padre, la medre, la abuelita o el abuelito que lo dice NO quiere que su queridísimo retoño se caiga y mucho menos que se lastime, pero sabe que debe aprender por sí mism@ y le aconseja, no le impone.


Queda claro que es un padre amoroso, lo suficiente para dejarnos correr como queramos en Sus caminos, aun cuando desea lo mejor para nosotros, y sabe que siendo El nuestro Creador, tiene lo MEJOR para nosotros. Dios no tenía porqué avisar al pueblo lo que sus actos podían desencadenar, pero lo hacía por amor, se revelaba y les daba ventaja al preverles lo que podía suceder y les concedió la libertad de escucharle o ignorarle.

Al final, el cautiverio que sufrió Israel después de las profecías de Oseas (las revelaciones de Dios) fue producto de sus propias decisiones y no por que a Dios le placiera hacer sufrir a los que llamó “hijos del Dios viviente”.

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