Él, que nació un día hermoso en la historia...
Él, que buscaba antes conocer Tu gloria...
Él, que dirigía su mirada a un futuro de estrellas y huellas,
Ahora se hunde tras sombras y alcohol.
Siguiendo caminos sin rumbo en las calles
Vendiendo muerte a precio de ganga,
Diciendo: “Un día volveré a casa.”
Se ha olvidado de Ti y en lugar de buscar tu gracia
toma en sus manos balas y falacias.
Escucha palabras traídas por ángeles celestes
pero su mundo no está dispuesto a verte.
Él, que un día sentado frente a tu sierva decía:
“No te preocupes sé lo que hago.”
Él, hoy no ha despertado.
6 de julio de 2006
L. Reyes
lunes, 26 de marzo de 2007
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