Les robamos la historia
por eso no saben quienes son,
por eso vagan sin sueños
buscando no sé qué.
Son niños y niñas
que no conocen la hermandad
y andan cargando
con bolsas de rivalidades para matar.
Olvidamos abrazarlos, contarles
y enseñarlos a cantar con el corazón,
a cocinar pasiones y a caminar
dando algo que comer al viento
algo que sursurar.
Son los hijos y las hijas de la patria
que quedaron huérfanos
a manos de nuestra corta memoria
ese día que la curiosidad
y las ganas de luchar se perdieron
en un verde que no es el de las montañas.
Nos queda tiempo aun
los tambores no han callado
y las vasijas siguen esperando,
nos demanda una explicación
con cada gota de sangre en las calles.
Ese grito es el que no nos deja dormir
y nos tenemos que ahogar en “zanax”
para cerrar los ojos,
porque ellos no los abren.
O nos atrevemos a decirles que tienen alas, o esto se jode de verdad.
domingo, 9 de marzo de 2008
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1 comentario:
Que tristeza me dió, pero es cierto, tanto que me asusta!!! :o(
Saludos,
E~
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